La disautonomía abarca una variedad de condiciones que afectan el sistema nervioso autónomo, y entre ellas, destacan algunos tipos comunes con características distintivas:

• Disautonomía neuropática:
  Causas: Resulta comúnmente del daño a los nervios periféricos debido a condiciones como la diabetes, infecciones o lesiones.
  Manifestaciones: Provoca síntomas variados, desde problemas gastrointestinales hasta irregularidades en la presión arterial.

• Síncope neurocardiogénico:
  Características: Ocurre al cambiar de posición, especialmente al ponerse de pie, causando una disminución temporal del flujo sanguíneo al cerebro.
  Síntomas: Mareos, desmayos y debilidad son comunes cuando la persona está de pie durante períodos prolongados, en situaciones de estrés, dolor y frecuentemente acompañado de ayunos prolongados o mal estado de hidratación. El desmayo ocurre con pródromos la mayoría de las veces y tiene una recuperación espontánea y sin secuelas neurológicas.

• Disautonomía familiar:
  Hereditario: Puede ser genética y transmitirse de padres a hijos.
  Síntomas: Se manifiesta en la infancia o adolescencia con síntomas como fatiga, mareos y sudoración excesiva.
• Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática (POTS):
  Características: Se caracteriza por un aumento anormal de la frecuencia cardíaca al ponerse de pie.
  Síntomas: Mareos, palpitaciones y debilidad, especialmente en situaciones de cambio postural.
• Neuropatía autonómica diabética:
  Relación con la Diabetes: A menudo está asociada con la diabetes y resulta del daño a los nervios autónomos.
  Síntomas: Puede afectar el funcionamiento del corazón, los intestinos, la vejiga y otros órganos.
• Taquicardia sinusal inapropiada.

Comprender la variedad de tipos de disautonomía es esencial para un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo. Cada forma presenta desafíos únicos, pero la colaboración con mi consulta te proporcionará una guía personalizada para mejorar tu condición a través de un manejo individual y multidisciplinario.

Mi enfoque no se limita a tratar los síntomas, sino a comprender las raíces de la disautonomía. Es muy importante encontrar tus “detonantes”, aquellos desencadenantes de la respuesta disautonómica. A través de un tratamiento integral, buscamos restablecer el equilibrio autonómico para que puedas disfrutar de una vida plena y activa.

Impacto en el sistema cardiovascular

La disautonomía puede afectar la regulación del ritmo cardíaco y la presión arterial. Esto puede llevar a síntomas como mareos, desmayos, agotamiento, náusea, sudoración y taquicardia y/o palpitaciones. Es importante abordar estos problemas para mejorar la calidad de vida.

El manejo de la disautonomía se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Aunque no existe una cura definitiva, diversas estrategias pueden ofrecer alivio a los afectados. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

• Alimentación.
  Alimentos de fácil digestión, identificar intolerancias o alergias alimentarias que puedan estar contribuyendo, así como adecuado aporte de fibra, proteína vegetal, proteína animal, si el paciente lo desea, y grasas saludables.
  Variedad en la dieta con abundantes vegetales y legumbres para prevenir episodios de disbiosis intestinal que agudicen los cuadros.
• Terapia física:
  Entrenamiento de resistencia: Mejora la tolerancia ortostática y fortalece el sistema cardiovascular.
  Ejercicios de equilibrio: Contribuyen a prevenir caídas y mejorar la estabilidad postural.
• Terapia farmacológica:
  Fármacos reguladores del sistema nervioso autónomo: Como la clonidina, que actúa sobre el sistema nervioso simpático.
• Manejo del estrés:
  Terapia cognitivo-conductual
  Técnicas de relajación: La meditación y la práctica de “Mindfulness” pueden ayudar a reducir la respuesta al estrés.
• Dispositivos médicos:
  Medias de compresión: Contribuyen a mejorar la circulación y reducir la hipotensión ortostática.
  Marcapasos cardíacos: En casos muy particulares, puede ser una opción para controlar la frecuencia cardíaca.
• Seguimiento médico regular:
  Monitorización continua: Evaluar y ajustar el tratamiento según la respuesta del paciente.
  Identificar ciclos mensuales desencadenantes de síntomas, desde ciclos hormonales a ciclos laborales que desencadenen la cascada disautonómica.
• Fármacos:
  Medicamentos vasoactivos: Se prescriben para regular la presión arterial, como fludrocortisona.
  Beta bloqueadores: Ayudan a controlar la frecuencia cardíaca, especialmente en casos de taquicardia.

El enfoque del tratamiento puede variar según la causa subyacente y la gravedad de los síntomas

¿Te preguntas por qué no tienes ganas de hacer nada? La disautonomía puede ser una de las respuestas. Con el tratamiento adecuado, buscamos restaurar tu vitalidad y motivación para que puedas vivir sin las limitaciones de esta condición.

Llama hoy para dar el primer paso hacia una vida equilibrada. Recuerda, la disautonomía no define tu vida.

Con el tratamiento adecuado, puedes recuperar el control y disfrutar de una vida plena. ¡Haz tu cita ahora y empecemos este viaje juntos!